La provincia de Colón siempre se ha caracterizado por aportar grandes atletas al país, y es un 5 de marzo de 1994 cuando nace uno de los púgiles más representativos en los últimos años del boxeo colonense, Omir Rodríguez quien es conocido como “El Guerrero de Dios”.
Omir inició en el boxeo a los 14 años por un tema familiar.
«Cuando estaba en la escuela, mi hermano estaba en cuarto grado y yo en sexto pero había un compañero de él que era mayor, que siempre le pegaba y le quitaba el dinero, y yo tenia que salir de clases a defenderlo. Un día en la calle me encontré con el tipo ese, me pegó a traición y me partió el labio, desde ese día dije que quería aprender a boxear para cobrar esa cuenta pendiente» contó Omir sobre como nació su interés por el boxeo.
“Colorado” Griffin fue su entrenador de toda la vida. «El primer día que hablamos fue porque al ver que nadie me quería entrenar me preguntó que si de verdad yo quería ser boxeador y cuando le dije que sí, me metió un bofetón y me dijo que me entrenaría. Cuando pasó esto me asusté y no quería volver al gimnasio pero me llene de valor y desde ese día hicimos química y él fue quien me hizo toda la carrera como aficionado en la cual llegué a formar parte de la selección nacional y entre los logros que obtuve están:
– Medalla de plata Juegos Centroamericanos 2010 en 60 kilogramos
– Campeón Guantes de Oro 2011 en 64 kilogramos
– Campeón Guantes de Oro 2012 en 64 kilogramos
– Medalla de bronce en Juegos Centroamericanos 2013 en 64 kilogramos
Omir Rodríguez una vez sintió que ya había cumplido con su ciclo de aficionado, decide dar el salto al boxeo profesional, pero había una situación que estaba ocurriendo y es que su entrenador venia sufriendo quebrantos de salud y ya el trabajo en el gimnasio no era lo mismo, aún sabiendo esto Omir le pide que quería tenerlo en la esquina el día de su debut y así fue como un 30 de noviembre de 2013 en la mítica Arena de Colón debuta profesionalmente ganando por nocaut al coclesano Marcos Martínez. Después de haber debutado con éxito, Omir Rodríguez se preparaba para realizar su segunda pelea profesional y recibe la llamada más nefasta de su vida, su entrenador “Colorado” Griffin había muerto. Para Omir, su entrenador fue un padre ya que siempre lo quiso como a un hijo y ante esta perdida pensó incluso retirarse del boxeo. “Fue un golpe duro para mi, ya que él era mi como mi papá y cuando pasó esto yo me preparaba para realizar mi segunda pelea profesional, fue algo muy difícil para mi”, manifestó Rodríguez.
Despues de la pérdida de su entrenador, Omir empezó a entrenar con otra persona pero no le gustó su forma de trabajar y optó por trabajar con su entrenador actual Napoleón Garrido con quien tiene una gran relación, ya que tiene un estilo parecido al de su antiguo mentor “Colorado».
No es común que un atleta sienta interés por el trabajo de campo y este no es el caso de Omir Rodríguez.
“Tengo una finca donde tengo animales los cuales me gustan mucho y un sembradío de diferentes tipos de cultivos. Otra cosa que me gusta bastante es practicar la pesca en ríos y lagos, esta es mi otra pasión aparte del boxeo”
Omir Rodríguez quien presenta registro de 8 victorias, 2 derrotas y un empate, podrás verlo en acción el viernes 11 de agosto en el Club Árabe de Colon, cuando enfrente en el combate estelar de la función “C3 Bajo Fuego” al venezolano Adrián Pérez en 9 asaltos y 147 libras, donde además estará en juego el título welter Fedecaribe AMB.